PUENTE

Los restos actuales del puente de San Pedro Royales forman parte de una gran obra civil construida sobre las aguas del Pisuerga a su paso por un hospital de peregrinos en algún momento de finales de la Edad Media. Esta obra probablemente sustituyó un paso más antiguo de época altomedieval, aunque no podemos asegurarlo. Es durante el siglo XVII, probablemente antes de 1640, que el puente quedó sin uso por la pérdida de sus arcos extremos, impidiendo así el paso de gentes y ganado. En el siglo XVIII se promovieron algunos intentos de reconstrucción, el más importante en 1784, todos sin término. A partir de esta fecha las noticias son igualmente escasas, el gran Gaspar de Jovellanos menciona el lugar durante un viaje por el canal de Castilla en 1785 y Pascual Madoz lo señala en su diccionario en 1849 como obra de sólida construcción aunque arruinada. A finales del siglo XIX o principios del XX los restos del antiguo hospital se reducían a una ermita y una casa adosada, de los que nada queda hoy, tan sólo el recuerdo del traslado de los bienes a la población de Olmos.

El lugar ha estado rodeado siempre por un halo de misterio, alimentado probablemente por el desconocimiento de su historia, parca en cuanto a fuentes documentales se refiere. Si a ello sumamos su situación aislada, un expolio secular y el aspecto evocador de sus ruinas, tendremos un puente de leyenda.

Creemos que ha llegado el momento de sentar las bases para un estudio científico riguroso que aporte luz a este lugar mágico y desconocido. Muchos son los interrogantes que plantea: ¿quién lo construyó? ¿para qué? ¿por qué allí?

Son solo algunos de ellos, quizá los más relevantes, aunque no los únicos.